Llegamos tarde cuando tenemos miedo a tomar esa decisión que nos haría llegar a tiempo.
Llegamos tarde cuando nos mentimos para evitar sincerarnos con nosotros mismos.
Llegamos tarde cuando nos perdemos en frivolidades y no llegamos cuando nos enredamos
en sus ramajes.
No llegamos tarde por la hora, ni por los atascos o los contratiempos.
Llegamos tarde o nunca llegamos por pereza o cobardía.
A veces, llegar tarde simplemente es llegar a destiempo.
Cuando es el momento, nunca es tarde.
MARI CARMEN DIAGO EGAÑA
Bonito relato y real. Tambien llegamos tarde porque nos preocupamos mas de nosotros que de lo demas. No miramos hacia delante, solo para dentro.
ResponderEliminarMuy buena observación, Falotito.
EliminarMirar solo para dentro es llegar tarde, seguro.
Gracias por tu comentario. Lo aprecio y valoro. Feliz día.
Tambièn porque queremos estar en muchos sitios. Hacer muchas cosas....y no hay tiempo, el día sólo tiene 24 horas.
ResponderEliminarAsí es Mila. La rutina tiene esas dos caras; la necesaria y la incómoda.
ResponderEliminarAfortunadamente, si al final llegamos...; nunca es tarde.
Agradezco tu comentario, Mila. Gracias.
Añadiría...hay quien siempre llega tarde, mal y nunca
ResponderEliminarAñadiría...hay quien siempre llega tarde, mal y nunca
ResponderEliminarjajajaj, si, Carmen, también, también.
ResponderEliminarUna pena por quien no llega y una pesadilla para los que esperan que lo haga.
Gracias Carmen por tu comentario. Un abrazo
Que bonito Carmen!! Me encanta.
ResponderEliminarQue bonito Carmen!! Me encanta.
ResponderEliminarGracias Unknown. Me alegra que te guste.
EliminarGracias.
Un saludo