24 jun 2017

Viento

Primero fue una urbanización a la derecha, llegaron los trajes y los coches, y uno de esos tipos de sonrisa perfecta y lengua voraz se había llevado a su mujer. Después, justo en frente, construyeron un enorme colegio en el que le cambiaron a sus hijos. Lo siguiente fueron unos grandes almacenes, situados a la izquierda, que acabaron por completo con la posibilidad de vender los productos de su pequeña huerta; y por último, como una broma macabra, justo a su espalda construyeron un gran museo rural, recordándole que su vida no era ya más que historia.

El viejo molinero contemplaba las aspas con tristeza. Llegó el hombre moderno, y le robó hasta el viento.

Fuego

En el colegio me hervía la sangre cada vez que alguien sacaba notas mejores que las mías, así que aprendí a ser el mejor en todo, para que nadie me ganara nunca. Llegué al instituto, y la competencia era mayor, ardía en deseos de dejarlos a todos atrás, por lo que empecé a usar algunas artimañas con las que destacar: mentía, engañaba, traicionaba… lo normal en aquellos a los que nos abrasa la envidia. Así, me presenté en la universidad siendo el primero, y poco a poco fui quemando etapas, carbonizando a aquellos incautos que se ponían en mi camino, avanzando incombustible entre las cenizas que rodeaban mi vida, hasta conseguir todo aquello que me proponía, de un modo u otro. 

Ahora que el frío de la muerte abraza mis latidos, y su mano helada atraviesa mis entrañas, me doy cuenta de que nada de lo que hice tenía sentido… y aquello que yo creía pasión, ambición, ganas de superarme... solo fue-ego. 

Mi ciclo del agua

El calor de la vida me acogió en la infancia; fui gas que se elevó entre los hombres comunes, bailando a su alrededor, volando entre imposibles, penetrando en los lugares prohibidos, y acechando a las estrellas, que también eran gases de colores.
Pero el tiempo pasa, y me voy enfriando; ahora soy líquido, fluyendo a través del camino de la existencia, y en mi haber cuento con la sabiduría de los años que quedaron atrás. De mi ser se alimentan aquellos que me acompañan, a mi lado nada la esencia de los sueños, y juntos vamos erosionando las rocas que pretenden aprisionar nuestra voluntad.

Más tarde, mis días se agotarán, y cada vez hará más frío; me convertiré en hielo inerte, estancado, a la deriva, como el mundo que me acoge. Inmóvil, observaré paciente, esperando ver en el horizonte el anuncio de esa llama que me devolverá al estado inicial. 

La primera vez que vi un extraterrestre

09-01-2017
Querido diario: ¡Mañana es mi cumpleaños! Diez años ya, la profe de ciencias me ha dicho que eso es ya cumplir una década, soy la primera de la clase en cumplirlos así que me dio a elegir entre hacer una fiesta en clase o hacer una excursión por el río, y yo respondí: “Merezco una de – cada profe” y ella se echó a reír, pero al parecer a Pablo no le hizo gracia y me lanzó la goma de borrar a la cabeza gritando que me callara, todos rieron. La profe mandó a Pablo a hablar con el director y me han dicho que mañana tengo que ir yo, que las cosas no pueden seguir así porque siempre estoy metida en todos los líos, aunque a veces no sea mi culpa, y que tengo que hacer un esfuerzo por adaptarme a la clase. Yo lo intento… pero me cuesta mucho, no sé hacerlo. Es una noche muy bonita, hay estrellas nuevas en el cielo.

10-01-2017
Querido diario: Cumpleaaaaaños feeeeeeliiiiz!!! Cumpleaaaaaaños feeeeeeliiiiz!!! Te deseaaaamos sherezaaaaaade… cumpleaaaaaños feeeeeeeliiiiz!!!!! Ala, ya tengo mi canción, aunque sea al final del día. La profe intentó cantar, pero nadie en clase la siguió, y al final ni fiesta ni río. El director no entiende por qué no me adapto a la clase, dice que soy una chica muy guapa y que tengo unas piernas muy bonitas. Tiene las manos muy frías, no me gusta que me toque las piernas, me dan escalofríos y es un poco raro. Mamá y papá han estado todo el día trabajando en el bar, y han llegado muy cansados, así que no hemos podido celebrar nada, pobrecitos. ¡Las estrellas nuevas brillan muchísimo!

11-01-2017
Querido diario: No quiero ir al cole mañana. Pablo me puso la zancadilla mientras corríamos en la clase de gimnasia, y me caí al suelo. Tengo un moratón enorme en la rodilla, pero todos se reían. El profe de gimnasia dijo que me levantara, que ya no era una niña pequeña, y castigó a Pablo a sentarse en los bancos hasta el final de la clase. ¡Era un premio! ¡Él no quería correr! Es muy injusto. Luego nos mandó a los dos al despacho del director, otra vez, y el director le echó una buena bronca y le mandó para clase, pero a mí me dijo que me quedara. Me intentó curar la rodilla con un masaje, pero yo… ¡No quiero, no quiero, no quiero! Me mira muy raro. Me escapé del cole y vine a casa corriendo, cuando llegué me dolía más la rodilla, pero ya se me ha pasado. Papá y mamá no saben nada. ¿Qué hago mañana? Una de las estrellas es cada vez más grande, es como una luna pequeñita, pero nadie parece darse cuenta. A nadie le importa nada.

12-01-2017

Queridos humanos: Nos llevamos a vuestra cría a un lugar seguro. Lejos, muy lejos de aquí.

5 jun 2017

Arde


Arde, sube y ondea,  reverbera en rojos naranjas y azules, hipnótico y atrayente.
Desde Bebé me dormía tranquilo al amor de la lumbre, luego mi madre me subía a la habitación, sino no conciliaba el sueño. Por las tardes me contaba cuentos al lado de las brasas.
Aun niño empecé a jugar con las cerillas, mi madre me reñía pero en cuanto podía encendía una, después pase a incendiar mis madelman, Con el tiempo algún mueble, mas tarde la casa por el simple placer de verla arder y mi madre consiguió apagarla cuando aun no había llegado a la cocina de gas. Ya mayor, me perdí por los montes y vi como los pinos ardían llameantes ascendiendo al cielo, luego los campos. Cada vez pensaba en algo mas grande. Me imagine la ciudad y el placer de ver como s e encendía pero estaban los bomberos con su agua que cortaba el placer de ver las llamas,. Odiaba el mar y la lluvia , el agua, enemigos del calor.
Conocí a Elisa, una pelirroja vestida de rojo amarillo y azul y me perdí en el fuego de la pasión, pero el día que rompió aguas embarazada de nuestro primer hijo la repudié .
 Ahora llevo una caja de cerillas y estoy frente a tu casa.

Aina Rotger Carlón