15 mar 2016

Cine



Siempre le cortaba la entrada de las cinco y cuarto , iba sola y no se perdía nunca una película,  se la veía habitualmente en las primeras filas del cine donde yo trabajo, muy bien vestida, como si se demorase meticulosamente en estar a la última moda, hasta el mas pequeño detalle, de mediana edad, guapa como de película de los años veinte. Jamás la vi acompañada, llevaba una sonrisa esplendorosa y  una palabra amable comentando lo que iba a ver: hoy toca acción, creo que saldré llorando de esta, me encanta este actor , tu que opinas?., comentaba con cada empleado.

 Un día al final de la película no salió de la sala,  se quedó metida en la pantalla , una isla tropical llena de personajes glamurosos que charlaban amenamente entre si, reían y disfrutaban de fiestas y conversaciones, en blanco y negro , con final feliz,  nadie supo nunca mas de ella. Ese día me había dicho: presiento que esta me va a gustar. Yo creo que traspasó la línea de la pantalla y desapareció mecida por los personajes que no encontraba en la realidad, o quizás fue un despiste mío,  pero me extraña porque siempre se despedía y ese día no lo hizo. No la volví a ver, aunque quizás cambió de ciudad , o de sala, pero me gusta mas pensar en la primera versión, que desapareció metida en el argumento de la película.

Aina Rotger Carlón

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