28 mar 2016

CINE // ISOLINA



EL CINE



Recuerdo con cariño los cines de mi niñez. El primero, el cine San Pablo; donde iba a la sesión de las tres porque el  precio era más barato y las propinas no daban para más. Echaban películas de virtudes de santos católicos, de Marisol o de Joselito y, con anterioridad, proyectaban interminables Nodos para dar popularidad al Generalísimo. También visitábamos el cine Luises, Castilla y Proyecciones de sesión continua.

Cuando teníamos trece años, -hartas de sentirnos pequeñas y con nuestro cuerpo abandonando la niñez para convertirnos en mujercitas-, hacíamos planes para las tardes de domingo:

-¿Dónde vamos hoy?

-Al cine

- Vale, como queráis.

Y cuando estábamos llegando Ana empezaba a refunfuñar:

-Igual a mí no me dejan pasar. Estoy totalmente plana y esta es para dieciocho…

-No te apures –le decíamos-. Y formábamos una fila india posicionando a nuestra amiga en tercer lugar. Algunas veces, el portero hacía la vista gorda y en otras la paraba para preguntarle:

-¿Cuántos años tienes?

Si no le dejaba pasar comenzaban los ruegos de todas para convencerlo. ¡Y nunca se nos resistió ninguno!

Aún recuerdo la película “Adiós, cigüeña, adiós”, y los lagrimones en los ojos de los espectadores, la mayoría adolescentes.

Entonces no había mucho donde elegir. Triunfaban las  “españoladas” y pasamos de ver santitos y películas musicales a ver películas sin argumento, en las que el destape era el reclamo porque las mujeres desnudaban sus encantos y los hombres, como mucho, aparecían en gayumbos. Era el machismo servido en bandeja aunque muchos lo llamaban liberalismo.

¡Qué diferente del cine de ahora! Que transmite emociones, ternura, temor, miedos, compasión o remueve conciencias.

La última película que he visto se titula “La habitación”. Me pareció sobrecogedora. Y para mí, estar en el cine, dejarse llevar y sentir que estás dentro de la historia, es una gran aventura.


                                                        ISOLINA




4 comentarios:

  1. Hola Srta. Isolina. Que recuerdos de esos "dias de cine", el NODO daba el preambulo a los aplusos cuando llegaban "los buenos" y los lloros cuando hacian daño a la buena gente que interpretaba su papel o cuando nos dolia la injusticia. Teniamos sentimientos.
    No podemos hablar de aquel cine que veiamos como algo sin sentimientos, recuerda, por ejemplo, Marcelino pan y vino ¿Porque va a carecer de sentimientos, o los sentimientos los tenemos nosotros? Era mas real que ahora, todo reflejaba nuestra sociedad, nuestra España. Ahora lloramos o nos reimos con burlescas interpretaciones de, si lo piensas friamente, a donde han ido aquella sociedad, a donde han llegado aquellos niños que veian el NODO y lloraban con Marisol. Aqui hemos llegado, ahora lloramos un monton de desgracias y que no son ficcion, son realidad pero aqui parece ser que no vienen los buenos a salvarnos para aplaudirles.
    Los sentimientos estan en cada uno de nosotros, no en las peliculas.
    Un placer y un saludo Srta.

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  2. Hola Falotito. Respeto tu opinión, pero el cine de ahora está más elaborado que el de antes. En cuanto a las emociones es algo subjetivo y cada persona lo percibe de una manera diferente.
    Un saludo

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  3. Hola Srta. La puedo tutear?, Gracias.
    Eso es una obviedad. Hace 40 años no había móviles, GPS's, Facebook, blog..... En aquella época, haceeee, 40 años? No había ni la mentalidad ni los medios para hacer lo que ahora hace, Steven Spielberg no existía, en esa época nadie le hubiera entendido.
    Al apostre lo que te quiero decir es que a medida que aumenta nuestra cultura, información, conocimiento... somos capaces tanto como de crear como de entender situaciones más complejas, pero eso se llama evolución.
    Si estoy de acuerdo que conforme estos cambios se producen afectan a una de las cosas que nos caracteriza: tenemos sentimientos que nos acompañan y evolucionan con nosotros en el devenir de los tiempos.
    Saludos Isolina y un placer debatir contigo.

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  4. Hola! Falotito
    Ahora contamos con más medios, pero sigue habiendo películas buenas y malas, en ocasiones no son tan importantes los medios de los que se dispone sino lo que se quiera transmitir al espectador, desde luego que es de valorar el esfuerzo que ponían antes a la hora de realizar películas de bajo coste y con poquísimos medios tecnológicos . Que quede claro, que recuerdo con cariño los cines y las películas de mi niñez: Marisol, Joselito, Blanca Nieves y Adiós Cigüeña Adiós, el Nodo con los poquitos años que tenía me resultaban muy aburridos y las películas del destape eran para mi gusto, malas películas.
    Tienes razón, la evolución cinematográfica nos acompaña, y poder disfrutar del buen cine será un placer, lo mismo que haber compartido contigo este comentario.
    Recibe un atento saludo.
    Isolina

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