4 may 2016

Patito


Patito feo levanta la mañana izando el invisible hilo de cometa con el que aún consigue atarse suavemente a la tierra. La realidad de su extraña condición de feo, diferente, oveja negra, bala perdida… le marca arrugas en la frente ya de por si dispersa. Los ojos soñadores reconocen que en esta ocasión el cuento ha cambiado… que no hay un cisne esperándole al final del lago. Que no suenan violines en la noche. Que simplemente es lo que es, un bicho raro, una especie distinta…

 

Patito decide volar por libre, mientras un finisimo hilo rojo le agarra a la cordura, por no perderse del todo, el abismo de la locura es demasiado inmenso, da vértigo asomarse.

 

Puede que no sea un cisne el que le salve, puede que la salvación no exista, puede tan sólo que tenga que seguir volando, extendiendo las alas, probando vuelos cortos, vuelos largos, en picado, planeando, dejándose llevar por las corrientes de aire… probando a nadar en el mar, en el río, buceando, dando saltos acrobáticos.

 

A patito feo, que no futuro cisne, nadie le ha dicho a que especie pertenece, nadie le ha estudiado y delimitado sus hábitos, nadie ha decidido de que va a ser o no capaz. Por fin, entonces, ha roto los espejos, los esquemas, tus prejuicios y los míos, y se ha reinventado, y como es un nuevo espécimen, se ha renombrado. Puede que a partir de ahora empecemos a estudiar como son los patos Pluma Roja, es su nuevo nombre y en su nombre, al igual que en su destino, manda él.

2 comentarios:

  1. Precisamente porque muchas veces nos dicen si tenemos que llegar a cisne o a león, uno borra toda particularidad propia y se deja llevar a lo que se espera, se convierta con el tiempo. Una buena lección: si te sales de lo establecido, nadie mandará en ti, sólo tu...

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  2. Gracias Sergio por el comentario, efectivamente se trata de no conformarse con lo que esperan de ti, sino ser tú el que pruebe mil caminos y vayas decidiendo, incluso con derecho a equivocarte

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