9 may 2016

ESPECIALMENTE DIFERENTE

   Vivía con mis padres. Ellos eran mis compañeros de juego, pero  tenían trabajo que realizar y no podían estar todo el tiempo entreteniéndome,  así que tuve que inventar  mis propios juegos.

   Cuando cumplí tres años,  fui por primera vez al colegio, y aquí empezó la lucha. Usaba gafas y algún que otro niño   se metía conmigo por este motivo. Lo peor sucedió cuando mi madre consideró que debía cambiarme de colegio, y aquí fue todo mucho peor, no me gustaba jugar al futbol, y allí si no  participabas de los mismos gustos, te aislaban, insultaban, se reían  y  en ocasiones cuando  surgía   un conflicto de alguna trastada escolar y el profesor de turno, preguntaba ¿Quién había sido?
Yo siempre  me negaba a delatar, así que en más de una ocasión me tocó cargar con la culpa,  lo de ser acusica no iba conmigo.

   Crearon un grupo de Teatro,  y en la primera obra que participé  me  adjudicaron un papel principal.  Me esforcé y lo defendí a la perfección,  llovieron los aplausos. Al día siguiente cuando entré en el aula, todos mis compañeros se echaron a reír, coreando mil burlas. Hasta que el profesor les mandó callar y les reprochó su actitud, ahí pareció darse cuenta de lo que hacían  conmigo. En el aula había un par de líderes que arrastraban a todos los demás para meterse con los más débiles y los que nos  negábamos a hacer su voluntad a tales personas  nos tachaban de raros. Quisieron  ser mis espejos pero yo no me vi reflejado en ellos. Los profesores invitaban a participar en coloquios y expresar nuestros pensamientos y a mí me gustaba opinar.  Siempre he leído mucho y sabía de lo que hablaba.  Pero había ciertos códigos que era mejor no tocar. Me rebele. Hui de los alfareros que se empeñaban en  hacer de mí una pieza más.

   Deambulaba por el patio del colegio.. Me refugié en mis pensamientos y fantasías, invente historias y personajes con los que hablaba  y allí yo era un rey, el rey de mis creaciones, estaba bien en mi mundo.

   He crecido. Ahora ya no estoy en el maldito colegio, mis fantasías las expongo en los escenarios, recibo aplausos donde antes hubo burlas. Mis mejores amigos siempre están ahí. He sido y soy yo.

2 comentarios:

  1. La etapa donde más nos influye todo lo que vivimos: la infancia y adolescencia. Aquí un ejemplo de que salirse de la norma tiene un precio aunque a cambio, uno forja una identidad propia, diferente a todo.
    Necesario mostrar que el molde puede ser diferente y no por ello, se debe rechazar...

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  2. Me gusta la sencillez del relato y lo que transmite, es un placer leerte

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